La musicoterapia es el uso de los elementos de la música con el objetivo de
mejorar la comunicación, la expresión, la movilización, el aprendizaje, la
autoestima, la organización y otros objetivos terapéuticos, con el fin de
satisfacer unas necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas.
Utilizar la música como objetivo terapéutico es inherente a nuestra
condición humana. Unas de las canciones más antiguas de la humanidad son las de
cuna, creadas de manera espontánea por las
madres con el fin de crear un estado de calma y favorecer el sueño de los
bebés.
La capacidad de procesar la música es una las primeras funciones que
adquirimos y una de las últimas que perdemos. Nuestro cerebro almacena la
memoria musical en una zona diferente a la de los recuerdos, por eso no es
extraño que personas con una demencia avanzada, incluso aquellas que tienen el habla afectada, sean capaces de
cantar o tararear fragmentos de melodías o melodías enteras puesto que su
memoria musical permanece intacta.
La música en un elemento de gran valor. Las personas mayores reconocen la
música, la identifican y la procesan; esto provoca la creación de un estado de confort
y seguridad que favorece la comunicación, la participación y eleva su
autoestima. Es muy importante mantener este contacto con la música.
La musicoterapia utiliza la vertiente lúdica de la música para conseguir
objetivos terapéuticos. Una actividad sencilla como seguir el tempo de una
canción crea un espacio de comunicación, activa el sistema motor, favorece la
motricidad y el control del movimiento, da estructura y constancia. El cantar
evoca todo un mundo de sentimientos y emociones, establece un control de la
voz, favorece la conciencia semántica y fonológica, estimula la memoria y
permite asociaciones extra-musicales. Si todo esto se hace en grupo se está
realizando una actividad social integradora.
En las sesiones de musicoterapia se trabaja con la voz, el cuerpo, los
instrumentos y, sobre todo, con las canciones y músicas que forman parte de la
banda sonora de la vida de las personas mayores, para crear un espacio de
afecto, de evocación de sentimientos y de respeto. Se crea un entorno lúdico
donde las personas mayores puedan compartir las experiencias relacionadas con
la música que han sido importantes en su vida. Queremos oír sus recuerdos, queremos
que expresen su riqueza interior.
Marta Oller Roig
Musicoterapeuta de los Centros Amunt