El duelo es un proceso dónde se elabora el impacto emocional que supone
perder a un ser querido. Todos necesitamos un periodo de elaboración para
adaptarnos a la situación de pérdida.
Desde la psicología han sido
muchas las orientaciones que han definido el proceso de duelo. En el ámbito clínico, son de gran utilidad
los modelos conceptuales de fases:
La primera fase, común en la mayoría de
modelos, es la negación. Dicho
mecanismo nos permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada. Es una
defensa transitoria que nos hace posible ir aceptando, de manera parcial, la
situación de pérdida. Esta negación se va transformando en ira y resentimiento; es el momento dónde surgen todos los por qué.
La familia ha de procurar no personalizar dicha ira, ya que ésta, a través de
diferentes mecanismos, facilitará un proceso de negociación que permitirá ir superando la traumática vivencia. En
el momento en que uno ya no puede seguir negando la realidad, nos invade un
enorme sentimiento de tristeza. La depresión
es el inicio de aceptación de la pérdida, donde tenemos que facilitar y
permitir la expresión del dolor y dar apoyo, ya sea a nivel verbal para
compartir, o a través de los gestos, dando soporte emocional. Finalmente llega
la fase de aceptación, no
entendiendo dicha aceptación como una etapa feliz, sino donde la vida se va
imponiendo y el dolor disminuye.
(Modelo conceptual de fases de E. Kübler-Ross)
Más allá de la función categorial de dichos modelos, es importante
recordar, que cada individuo experimenta de manera única sus estados afectivos,
entendiendo las emociones como algo dinámico y no unidireccional.
Ariadna Navalón
Psicóloga y terapeuta familiar - Centro de día Neuro Amunt