Con la llegada del verano aparecen las altas temperaturas a
las que debemos adaptarnos, pero no siempre es fácil o se tiene en
consideración. Los mayores son los que corren más riesgo por el calor, al
responder peor a las temperaturas extremas puesto que la sensación de sed en
ellos es menor y por tanto tienden más a deshidratarse.
El golpe de calor es cuando la persona ya no puede regular
la temperatura del cuerpo a partir de los mecanismos internos de regulación,
con repercusiones tan graves que podría provocar el fracaso orgánico
irreversible. Éste fallo en la regulación puede ser debido porque hace mucho
calor, por un esfuerzo físico importante o porque tenemos fiebre y no hemos
bebido bastante líquido.
La persona que padece un golpe de calor puede quejarse de
dolor de cabeza, malestar o mareo. Además tendrá la piel muy caliente y no
presentará sudor.
¿Cómo podemos prevenirlo?
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Evitar la exposición al sol en las horas de
mayor intensidad, como sería de 12-16h y si la persona que lo padece está al
sol debemos acompañarla donde haya sombra.
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Bajar la temperatura de la persona, retirando
capas de ropa o si está en casa enchufando un ventilador o el aire
acondicionado.
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Mojar a la persona con agua
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Si pierde la conciencia se debe poner en
posición lateral de seguridad
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Si deja de respirar empezar con las maniobras de
reanimación cardiopulmonar
Os dejamos el enlace de donde se ha extraído la mayor parte
de la información:
http://canalsalut.gencat.cat/ca/sistema-de-salut/urgencies/primers_auxilis/cop_calor/