“Antes de venir al Centro me sentía aburrido y sin aliciente.
Solía acompañar a mi hermana y su hijo a comprar por las mañanas al mercado.
Ahora aquí dispongo de buena compañía y de
personas como yo. En el Centro hacemos muchos cosas, pero sobre todo
hablamos mucho.
Me gusta levantarme
por la mañana, arreglarme y peinarme. Mi hermana me pone colonia y yo me
afeito. Me como un par o tres de galletas y me hago la cama. Me aseo lavándome
el cuello, las orejas y el pecho. Llego al centro y desayuno un poco más. Luego
hacemos la gimnasia, me gusta mucho. Antes de venir aquí también la hacía solo
en casa. Después hacemos cosas de escribir, de leer y de pensar. Me divierte un
ejercicio que es de letras desordenadas y tenemos que adivinar la palabra en
una pantalla muy grande (proyector).
Comemos a la 13 en punto, me gustan los
platos que hacen aquí, pero el que más los macarrones. Si hay algún cumpleaños
nos dan pastel. Pastel de chocolate, soplamos y brindamos todos juntos. Uno de
mis amigos se llama David. Él es tranquilo y me suelo sentar a su lado. Es
bueno y me da caramelos. El David de la gimnasia también es mi amigo (fisioterapeuta).
Me viene a buscar mi hermana, cuando
llego a casa me siento contento aunque en ocasiones algo cansado pues hablamos
mucho y hacemos muchas cosas. Mañana será otro día..”