A partir de los 5 sentidos nos llega la información del mundo que nos
rodea. Gracias a ellos nos sentimos más conectados con el entorno y nos
facilita la aparición de las emociones. A partir de la percepción y, por
supuesto de la experiencia, sentimos.
El olfato nos puede llevar a recuerdos de cuando éramos niños, el
tacto puede estimular nuestro deseo sexual, el gusto puede generarnos infinidad
de placer culinario, la vista puede generarnos sorpresa y el oído puede
motivarnos a dar grandes saltos en nuestra vida.
Todos ellos se utilizan en diversos tratamientos para estimular a las
personas que padecen algún tipo de demencia o trastorno neurológico. No
obstante, se han de adaptar en cada caso, ya que en la tercera edad muchas
veces padecen limitaciones sensoriales a parte del deterioro cognitivo. Las
personas que han sufrido un ictus y tienen secuelas como la afasia, trastorno
del lenguaje que ocurre principalmente cuando la lesión se ha producido en el
hemisferio izquierdo del cerebro (en personas diestras), pueden ayudarse de la
música ya que parte de ella se procesa en el hemisferio derecho.
Muchas veces las personas que padecen éste trastorno del lenguaje,
tienen grandes dificultades para expresarse, generando un estado de frustración
a la persona e impotencia. Diferentes estudios han demostrado que, tratando con
elementos como la entonación y la melodía pueden facilitar el acceso al léxico
(“lenguaje”). Kasdan y Kiran han publicado recientemente (Junio 2018) en la
revista Journal of Communication Disorders, un artículo donde sugieren que “el canto parece influir en las personas con
afasia cuando intentan acceder a la letra de las canciones; el acceso a la
melodía se conserva incluso cuando muestran un afectación profunda y diversa en
el lenguaje”.
Estos son hallazgos que permiten implementar nuevos tratamientos en
las terapias logopédicas para personas con afasia.