Cuando las arterias están rígidas y han perdido elasticidad, se dificulta el paso de la sangre a través de ellas: ofrecen una resistencia mayor y se necesita más presión para distenderlas. Esta mayor resistencia o hipertensión, especialmente si es mantenida y de larga duración, impone un esfuerzo sobreañadido al corazón para poder bombear la sangre hacia los vasos. Con el tiempo, la pared muscular del corazón aumenta el grosor, es decir, se hipertrofia y se restringe el movimiento de los ventrículos, pudiendo llegar al desarrollo de una miocardiopatía hipertrófica o restrictiva, causada por la hipertensión y la subsiguiente insuficiencia cardíaca.
Texto e imagen extraídos de Enfermería Virtual, si queréis leer más sobre éste tema podéis acceder mediante el siguiente enlace:
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