La diabetes mellitus tipo 2 es un desorden metabólico crónico
que se caracteriza por una alteración en la secreción de insulina y cuya
manifestación principal es un estado de hiperglucemia que a largo plazo
producirá daños en órganos y sistemas, sobre todo en el sistema neurológico y
cardiovascular.
La presencia de pacientes diabéticos (DM) y las consecuencias
que conlleva esta enfermedad va en ascenso a causa de distintos factores, en
este sentido dos factores importantes son el aumento de la longevidad de la
población y el incremento en las tasas de sobrepeso.
La prevalencia de esta enfermedad en España (DM) es del 13’8%
aunque aumenta hasta el 30% en los pacientes ancianos, grupo que se considera
de alto riesgo a padecer pie diabético.
¿Qué es el Pie
Diabético?
Se caracteriza por tener alterada la circulación sanguínea
y/o las terminaciones nerviosas situación que combinada con un mal control glucémico,
calzado inadecuado y unos malos hábitos higiénicos determinan la aparición de
lesiones o úlceras en los pies, trastorno
que se conoce como “pie de riesgo”.
El riesgo radica en tres factores:
·
Neuropatía sensitiva y/o motora
El pie pierde la sensibilidad, de esta forma se hace
imposible detectar la existencia de roces, puntos de presión, ampollas, heridas
y otras posibles alteraciones.
·
Enfermedad vascular periférica arterial o venosa
La falta de riego sanguíneo puede ocasionar heridas o retardo
en su cicatrización, de la misma forma sucede con un mal retorno venoso
·
Infección
El sistema de protección del cuerpo (sistema inmunológico)
ante las infecciones puede estar alterado, así se hace más fácil que las
heridas se infecten y surjan complicaciones mayores.
Prevención y
Tratamiento del pie diabético
La primera estrategia
para prevenir complicaciones del pie diabético se basa en visitar al podólogo
de forma periódica, la segunda la auto-inspección y cuidados diarios de los
pies, lavado y secado minucioso más hidratación, que en el caso de la gente mayor
es imprescindible la implicación familiar,
pensemos que un diagnóstico precoz será el mejor de los tratamientos.
El tratamiento del pie
diabético requiere un seguimiento y una colaboración multidisciplinar para evitar complicaciones que pueden ser muy
peligrosas, hasta el punto de la amputación.